sábado, 29 de agosto de 2020

Orígenes y desarrollo de la Victimología

Benjamín Mendelsohn

El término victimología fue acuñado en 1949 por un psiquiatra estadounidense, Frederick Wertham, quien lo utilizó por primera vez en su libro El espectáculo de la violencia, en el que destacó la necesidad de una ciencia de la Victimología. Durante los primeros años de la victimología, la literatura sobre las víctimas de delitos permaneció relativamente reducida en comparación con la de criminología.

El estudio de la relación entre víctimas y agresores surgió por primera vez en las décadas de 1940 y 1950. Durante este tiempo, algunos famosos criminólogos, como Benjamín Mendelsohn y Hans von Hentig, examinaron las interacciones entre las personas implicadas en un crimen. Su principal objetivo era comprender mejor la influencia recíproca entre ambos, además de las causas por las que las personas pueden acabar en uno de estos dos roles.

Hans von Hentig
Una de las preguntas que se plantearon fue si los individuos que habían resultado dañados física o psicológicamente podrían tener también parte de responsabilidad en algunos incidentes. Estos criminólogos argumentaban que, en algunas ocasiones, las víctimas podrían compartir parte de la culpa con los agresores. Varios de sus ejemplos fueron muy controvertidos para la época, pero sirvieron para que el sistema judicial se replanteara en cierta medida su enfoque. Su objetivo no era echarles toda la culpa a las víctimas; por el contrario, estos criminólogos querían estudiar qué conductas podían llevar más fácilmente a la aparición de actos delictivos o dañinos. De esta manera, esperaban poder evitarlas para reducir la incidencia de estos.
Aunque esta disciplina se centró en un principio en estudiar la responsabilidad de las víctimas, a partir de los 70 dio un giro de 180º y comenzó a investigar las maneras de prevenir la victimización de las personas. También se empezó a estudiar cómo mejorar la experiencia de estas en el sistema legal, además de formas para que su recuperación psicológica fuera más rápida. Así, a partir de este momento la victimología empezó a beber de otras disciplinas como la psicología, la sociología, el trabajo social, el derecho, las ciencias políticas o la economía.

Hoy en día, la necesidad de la criminología de estudiar a fondo las víctimas de la delincuencia puede parecer obvia e incontrovertible. Puede parecer sorprendente, por lo tanto, que una necesidad tan obvia haya escapado a la atención de los criminólogos durante más de un siglo. Pero no es raro que los científicos sociales olviden lo obvio. Esta cuestión está bien tratada por Rock (1994: XI), quien señala: Incluso la criminología y la sociología de la desviación –disciplinas concentradas más de lleno en el análisis del crimen, los criminales y la justicia penal– tendieron de alguna manera a borrar a la víctima durante mucho tiempo, no viendo lo que, en retrospectiva, debería probablemente haber sido evidente desde el principio.

Aunque la victimología se ha establecido ya firmemente como una de las principales áreas de investigación dentro de la criminología, su naturaleza, importancia y situación siguen generando una gran cantidad de comentarios y polémica. Sea como fuere, el estudio de las víctimas y la victimización tiene el potencial de remodelar toda la disciplina de la criminología. Podría muy bien ser el tan esperado cambio de paradigma que la criminología necesita desesperadamente dado el rotundo fracaso de sus paradigmas tradicionales: la búsqueda de las causas del delito, la disuasión, rehabilitación, tratamiento, justo castigo, etc.

Las disciplinas científicas experimentan una constante evolución, aunque el ritmo de cambio puede variar de una disciplina a otra. La Victimología ha experimentado una evolución no sólo rápida sino también más fundamental en las dos últimas décadas. Las décadas de los años 80 y 90 podrían fácilmente describirse como un período de consolidación, recopilación de datos y teorización, con nueva legislación, compensación a las víctimas, reparación y mediación, ayuda, asistencia y apoyo para posibilitar a las víctimas recuperarse de los efectos negativos de la victimización.

La disciplina de la victimología se ha establecido firmemente en el ámbito académico. Ha habido un incremento sustancial en el número de universidades y colegios que ofrecen cursos de victimología y temas relacionados. Se han publicado numerosos libros y artículos en diferentes idiomas y, además de varias publicaciones periódicas en los idiomas locales, la Revista Internacional de Victimología, en inglés, fue difundida por AB Academic Publishers en Gran Bretaña. Se han establecido una serie de sociedades nacionales y regionales de victimología. Japón ha sido un líder en este sentido, gracias a los incansables esfuerzos del victimólogo de renombre mundial, el profesor Kiichi Miyazawa, y un dinámico grupo de sus discípulos y seguidores. La Sociedad Mundial de Victimología sigue manteniendo sus simposios internacionales, una vez cada tres años. El último, el noveno de la serie, se celebró en Ámsterdam en agosto de 1997 y atrajo a un número récord de participantes.

Kiichi Miyazawa
Con todo ello, la victimología ya no causa asombro o simple curiosidad, sino que se está convirtiendo poco a poco en una palabra familiar. Esto se ve facilitado por la amplia cobertura que las noticias de crímenes y asuntos de víctimas están recibiendo en los medios de comunicación, por la gran publicidad que están recibiendo los programas para víctimas y por la proliferación de servicios a las víctimas y programas de asistencia a las víctimas en muchos países.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Victimas estructurales y su vulnerabilidad

 Es necesario entender que las personas consideradas como victimas estructurales no son las que sufren algún tipo de violencia física, sino ...